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   RESEÑAS FILMOGRÁFICAS

Fecha 8 de febrero de 2013

Fundación Puertorriqueña de las Humanidades

Atención Pedro Mombille

Roberto Gándara Sánchez

Proyecto: Válvula de escape: Stories of the Puerto Rican Diaspora

Estructura del proyecto.
 
Este proyecto documental dividido en diez programas de duración variable, entre media hora y una hora cada uno, pretende narrar la historia de la migración de puertorriqueños a Estados Unidos, particularmente a las ciudades del noreste del país, con Nueva York como su centro social, cultural, político y simbólico. Aunque hay marcadas referencias a las experiencia en otras áreas, particularmente Philadelphia, New Jersey y Connecticut (estas dos últimas en el contexto de la migración de trabajadores agrícolas, particularmente en la producción de tabaco) se reconoce a Nueva York como el epicentro de la emigración puertorriqueña a Estado Unidos: esa ciudad dio origen al gentilicio de Nuyorican para identificar a los puertorriqueños criados en EE,UU., allí es donde se celebra todos los años la emblemática parada puertorriqueña y es donde se ha logrado la mayor representación en la institucionalidad política a nivel local y federal. Es la ciudad de West Side Story, de la salsa y el Barrio.
 
La escala del proyecto es a todas luces impresionante, no tanto por su duración (sobre diez horas de material audiovisual) sino por la extensión y profundidad de su contenido. Es, sin duda, el único proyecto mediático que construye una narración histórica comprensiva y coherente del fenómeno de la emigración de puertorriqueños a EE.UU. y lo hace estableciendo vínculos con aquellos factores de la historia general de Puerto Rico que explican el origen de los patrones migratorios y la configuración de una  política oficial del Estado puertorriqueño, durante el siglo XX, de incentivar la migración como solución al desempleo masivo y la incapacidad del país de absorber a una creciente clase trabajadora que abandonaba el campo por la vida en ciudad.
 
Marco temático.
 
Pero el cuento no se limita a explicar la emigración, sus orígenes y las experiencias personales de la diáspora, sino que incorpora, en la medida en que se monta la narración, los efectos sociales y culturales sobre ese creciente núcleo poblacional que a la fecha constituye una mayoría de la población puertorriqueña. Esos efectos reflejan tanto el proceso de adaptarse a una cultura diferente, con otro idioma y formas diferentes de entender la naturaleza de las relaciones humanas –y a un clima ajeno—como las consecuencias de un ambiente hostil, en clave clasista y racista e incapaz de absolver al otro en tanto este muestre signos de una identidad cultural propia. Estos programas, en otras palabras, dan testimonio tanto del proceso de adaptación de un grupo migratorio, a través de múltiples generaciones, como de las continuidades del contexto sociológico del país receptor.
 
Se desarrolla el tema, por ejemplo, de la particular experiencia puertorriqueña en relación a la de los grupos de inmigrantes europeos, donde juegan, un papel determinante, en construir esa diferencia, los criterios raciales.  Vemos, por ejemplo, el hábito por parte de la cultura estadounidense de asociar los estereotipos puertorriqueños con la población negra e integrar sus ambientes citadinos al universo social y cultural del gheto, de los males del inner city. Se hace evidente, por lo tanto, que la cuestión de la ciudadanía es irrelevante para el proceso social de integración nacional. La expectativa general, a principios de siglo, en cuanto a que la otorgación de la ciudadanía estadounidense (americana) a los puertorriqueños habría de conllevar un reconocimiento real de derechos ciudadanos, se disolvía de forma paradójica en un hábito de exclusión que habría de ser fortalecido por los efectos de la migración sobre la mentalidad y las instituciones estadounidenses.
 
También está presente en el proyecto, la ironía de que mientras el puertorriqueño se aferra de forma afectiva a su vínculo nacional como estrategia defensiva para forjarse una identidad funcional propia frente a la exclusión de una sociedad hostil, más se dramatiza la diferencia cultural y más se fortalecen los prejuicios estereotipados. Es interesante notar que algunos de los participantes en el documental, criados en la diáspora, aluden a que la experiencia migratoria puertorriqueña, en el contexto de la sociedad americana, tiene vínculos más estrechos con la experiencia de los negros que con los migrantes europeos y aún latinoamericanos, particularmente los mexicanos. Por esa razón los movimientos de los derechos civiles de los años sesenta, liderados por Martin Luther King, tuvieron un impacto profundo sobre los grupos boricuas, particularmente los más jóvenes.
 
No es de extrañar, por lo tanto, que el último programa de la serie se centre en los problemas sociales de Estados Unidos hoy, dentro de los cuales se inserta la experiencia de los grupos puertorriqueños. Se denota aquí la dualidad de una comunidad que se siente vinculada a su país y cultura de origen, que insiste en participar de los procesos políticos, particularmente cuando se trata de consultas plebiscitarias sobre el estatus de las relaciones con Estados Unidos; pero que al mismo tiempo percibe que tiene que insertarse en los procesos políticos y sociales de del país donde residen, por medio de una intensa participación en las instituciones del Estado y la sociedad civil. Esto significa haber adoptado, junto a una irrenunciable identidad nacional puertorriqueña, un vínculo, desde una plataforma étnica, con la sociedad estadounidense que los cobija.
 
Otro tema que se desarrolla en los últimos programas, en la medida en que las comunidades puertorriqueñas maduran y expanden vínculos sociales y económicos, es el de la participación política; una participación que se apoya en la organización de grupos comunitarios, ensaya vínculos de poder con las instituciones locales  y termina participando en el Congreso Federal. El nivel de éxito lleva a concluir que la población puertorriqueña está políticamente sobre representada con relación a los otros grupos migratorios latinoamericanos, entre los cuales el más numeroso es el mexicano. Contraria a la participación política de inmigrantes mexicanos y cubanos, quienes suelen distanciarse de sus países de origen y ponen énfasis en su identidad como mexicano-americanos y cubano-americanos, los representantes políticos puertorriqueños como Luis Gutiérrez, Nydia Velázquez y José Serrano insisten en vincularse con los asuntos de Puerto Rico, mientras los puertorriqueños insisten en utilizar un solo gentilicio: puertorriqueño.
 
Uno de los temas históricos más desarrollados en el documental es la política oficial del gobierno de Puerto Rico, acelerada después de la Segunda Guerra Mundial, de propiciar y facilitar la emigración de trabajadores puertorriqueños a Estados Unidos como una Válvula de Escape. La dimensión cultural, económica y moral de esa insensible política de Estado (que provee el título del documental) adquiere una dimensión más terrible cuando nos damos cuenta que no funcionó como estrategia de desarrollo económico. Expulsar de su país a grandes núcleos poblacionales para trabajar en condiciones paupérrimas de explotación laboral en un mundo hostil, para terminar al fin y al cabo con una enorme escala de desempleo y una economía precaria, puede constituir una de las grandes ironías de la diáspora puertorriqueña.
 
Lenguaje y estilo.
 
Este documental, como es usual en el medio, se apoya en un contenido analítico, provisto por estudiosos del tema, con testimonios de agentes históricos cuyas experiencias aportan una dimensión humana y subjetiva a la narración. En este caso, sin embargo, aunque predomina la entrevista con estudiosos y académicos, hay una presencia importante de testimonios de personas que proveen información sobre los procesos migratorios desde el punto de vista humano. Primero del acto de emigrar en sí y más delante de la pesada experiencia de adaptarse a la vida en un país diferente: con formas de vida ajenas, una lengua extranjera y una sociedad excluyente y en ocasiones hostil.
 
El recurso de historia oral utilizado, a veces por boca de los mismos agentes y otras por actores que dramatizan textos escritos por emigrantes, amerita algunos comentarios. En primer lugar, el uso de actores debilita la fuerza narrativa de la historia oral porque introduce un elemento de interpretación que matiza el texto original. Cuando hay que utilizar un testimonio textual en un programa audiovisual no queda más remedio que convertirlo en voz, pero el rigor historiográfico exige que se limite el papel interpretativo del actor a cambio de una lectura más sobria y que el espectador sepa que es una lectura. De otro modo es más literatura (teatro) que historia. Por esa razón, los testimonios directos, como el de la muchacha cuya hermana fue clasificada como retrasada mental por las autoridades escolares como una estrategia de rechazo y exclusión, causando un daño personal monumental, son más poderosos que las representaciones. Del mismo modo, en la medida en que el documental entra en etapas más recientes y aumenta la participación testimonial, la experiencia migratoria de personas en el proceso de encontrar espacios de vida adecuados adquiere una dimensión humana más potente, a veces desgarradora. Del mismo modo resulta exitosa la participación, en las partes finales, de personas que aspiran a participar y liderar un activismo comunitario y político. Sus locuciones no solo explican las coyunturas actuales de los puertorriqueños residentes en Estados Unidos, sino que constituyen una fuente de estudio e interpretación sobre la forma en que se internalizan las experiencias migratorias y se reflexiona sobre la realidad social y el porvenir.
 
Historia Oral.
 
Cabe también hacer un comentario sobre la metodología de la historia oral. El uso de la historia oral, que se ha extendido muchísimo durante el siglo XX, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial, tiene tres propósitos, investigativos. El primero es validar testimonios personales de agentes históricos sobre sus vidas privadas: por ejemplo, decisiones sobre matrimonio, educación, oficio, residencia, etc. El valor de estos testimonios de la vida privada es que las decisiones que se toman se enmarcan, conscientemente o no, en el contexto de relaciones sociales existentes, las cuales son reproducidas por esas decisiones. En segundo lugar está las experiencias colectivas, las que se enmarcan en proyectos compartidos dirigidos al bien común, tales como movimientos religiosos, luchas políticas y laborales, conflictos militares, exploraciones comerciales y creaciones culturales. Estas acciones grupales no tienen como objetivo transformar las relaciones sociales existentes, sino lograr objetivos específicos dentro del orden de las cosas. La tercera dimensión tiene que ver con aquellos actos dirigidos a alterar o reformar el m arco de las relaciones sociales, por medio de programas dirigidos a alterar las estructuras sociales y políticas. Las revoluciones sociales, son un ejemplo de este tercer propósito.
 
Los testimonios que presenta este documental, tocan de un modo u otro, estas tres dimensiones, creando un universo integrado de experiencias, cuyo significado trasciende lo privado, mientras lo personal valida en ocasiones la búsqueda de un bien comunitario, y en otras refleja la voluntad política de alterar las reglas de juego, incluyendo, en ocasiones la confrontación. Este tipo de actos, van desde testimonios ingenuos sobre la respuesta de las gangas juveniles y su incorporación a las luchas de los derechos civiles en la década de los sesenta; hasta el interrogatorio de Nydia Velázquez a un funcionario de la Casa Blanca, increpándole su deshonestidad e insensibilidad.
 
Valor didáctico.
 
Como la duración de estos diez programas es irregular (duran entre media hora y un poco más de una hora) su proyección mediática por medios públicos está limitada. No obstante, la dimensión didáctica es obvia. Se trata de un instrumento educativo de alto valor formal que se presta para ser utilizado extensamente en el salón de clase y por grupos comunitarios en Puerto Rico y, por ser bilingüe, en Estados Unidos.
 
Conclusión:
 
Sin duda alguna, este es un proyecto de enorme valor cultural y comunicativo. Me parece que no hay ningún otro trabajo audiovisual sobre el tema de la emigración puertorriqueña a Estados Unidos que se acerque a este en cuanto a la extensión narrativa, profundidad temática, rigurosidad en la realización e identificación emocional e intelectual con el tema y potencial educativo. Recomiendo que la Fundación Puertorriqueña de la Humanidades pueda participar activamente en su divulgación, tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos. Enhorabuena.

 

24 de agosto de 2012.
José A. Delgado  
“Corresponsal del periódico El nuevo día en Washington, DC”
 
 
 
Válvula de Escape
 
En momentos en que la emigración puertorriqueña hacia Estados Unidos se ha disparado, Producciones Zaranda da los últimos toques a la serie documental "Válvula de Escape", un poderoso relato y análisis histórico sobre la "guagua aérea" boricua.  
 
"La idea es que sea una herramienta para los maestros", dilo la profesora universitaria Mariel Marrero García, productora e investigadora del documental, que debe ser presentado en octubre en el Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College, en Nueva York.  
 
La producción — que incluyó a Freddie Rodríguez como director y editor -, ofrece una mirada panorámica al fenómeno de la migración, desde la salida de trabajadores a Hawai a principios del siglo 20 hasta el fuerte movimiento reciente de los boricuas hacia la Florida Central.  
 
La historia es contada por una colección especial de expertos en el tema. Entre ellos, conocidos investigadores como Edwin Meléndez, del Centro de Estudios Puertorriqueños, Jorge Duany, de la Universidad de Puerto Rico, y Ángelo Falcón, del Instituto Puertorriqueño de Política Pública Latina de Nueva York. Pero, también historiadores como el catedrático Luis González Vale, el profesor de literatura Efraín Barradas (Universidad de Florida), el profesor de estudios latinos y puertorriqueños Juan Flores (New York University), expertos en Derecho como el fallecido Antonio Fernós López-Cepero, y activistas como José "Chacha" Jiménez, quien fue parte de los "Young Lords".  
 
Como un poderoso telón de fondo están los relatos escritos que dejaron puertorriqueños que vinieron a probar suerte a este país, sobre todo las influyentes "Memorias de Bernardo Vega".  
 
La necesidad económica que llevó a los puertorriqueños a asentarse en Nueva York y otros estados del noreste de Estados Unidos es parte fundamental del trabajo. A su vez destacan el éxodo político a raíz de la persecución contra el independentismo y el fenómeno de los boricuas que han circulado entre ambos países, dependiendo primero de las motivaciones de sus padres, pero luego de ellos mismos.  
 
Las luchas cívicas y comunitarias para los puertorriqueños "darse a respetar" y lograr conquistas sociales — por medio de los Young Lords, los llamados "clubes municipales" y las luchas que fueron creando los líderes políticos —forman parte del documental, que tiene una duración de siete horas.  
 
No queda fuera el debate reciente sobre el futuro político de Puerto Rico — con las intervenciones en una audiencia del Congreso de los congresistas boricuas José Serrano (Nueva York), Nydia Velázquez (Nueva York) y Luis Gutiérrez (Illinois) — y los reclamos para que se le dé participación en cualquier consulta de status a la diáspora boricua.  
 
Igualmente se alude a la controvertida ley 7 de 2009 que provocó miles de despidos en el gobierno de Puerto Rico, bajo la actual administración del gobernador Luis Fortuño, uno de los golpes económicos recientes que han vuelto a incentivar el éxodo de los boricuas a Estados Unidos, que puede haber alcanzado las 500,0000 personas en la década de 2001 a 2010.  
 
Cuando el boricua se muda a Estados Unidos pierde a su país, "pero te traes a tu país contigo", cuenta la profesora Iris Zavala Martínez, quien llegó a Nueva York de la mano de sus padres, pero luego vivió varios años en la Isla. La producción tiene el auspicio de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades, la Fundación Francisco Manrique Cabrera, el Centro de Estudios Puertorriqueños en Hunter College CUNY y la Corporación de Cine de Puerto Rico.  
 
La serie documental, perfecta para el salón de clases, va a estar subtitulada en inglés o español, por lo que llegará tanto a los boricuas de la Isla como a los que viven en Estados Unidos y tienen la lengua de Shakespeare como idioma principal.  
 
"Hemos sido un pueblo de emigrantes. El emigrar no destruye la identidad, la cambia, pero no la destruye", afirma en el documental el profesor Barradas.  
 
Zaranda es la empresa productora de otra serie documental, "Dialogando sobre Independentismos", que por medio de 3 DVDs narra y analiza las características de los movimientos independentistas más destacados en la historia de Puerto Rico.  
 
Con "Válvula de Escape", además de llevarla a las comunidades puertorriqueñas en Estados Unidos, Producciones Zaranda no descarta hacer un compendio que pueda llegar también a la televisión.  
 
Para los que vivimos "acá" o viven "allá", el documental es un espejo indispensable en el cual todos podemos mirarnos. De una u otra forma, ahí encontraremos la historia de nuestras familias, nuestros vecinos y de nosotros mismos.  
 
*Sígueme en Twitter @JoseADelgadoEND  
 
http://www.elnuevodia.com/Xstatic/endi/template/imprimir.aspx?id=1330108&t=1 8/24/2012  

Válvula de Escape (ten part series)   Documentary - Producciones Zaranda
 
Filmmakers - Mariel C. Marrero and Freddie Rodríguez
 
Series Evaluator - Virginia Sánchez Korrol, Ph.D.
 
The escape valve, or the way out, serves as metaphor for the processes underlying the movements of people from Puerto Rico to parts of the United States, and the resulting creation of diasporic Puerto Rican communities particularly in the New York metropolitan area, Hartford, Boston, Chicago, California, Hawaii, Florida and the Middle Atlantic States. This ten part series produced by Zaranda Films encompasses a vast, yet detailed, panoramic history of this phenomenon from the nineteenth century up to the present.
 
The filmmakers carefully craft their story from a rich collection of film footage, some of which has never before been used in films about Puerto Rican history. They include photographic images, writings by leading scholars and chroniclers of the Puerto Rican experience in the U.S., and on-camera interview clips with well known experts in the field, or lesser known individuals who have lived the migrant experience. The narrative interrogates key historical episodes, such as the Spanish American War, the Foraker and Jones Acts, the Insular Cases, Operation Bootstrap, the labor migrations of seasonal and voluntary migrants, and the exodus or “brain drain” of the educated class.
 
On these topics the on-camera experts comprised of scholars, journalists, government officials, filmmakers, and analysts, offer diverse perspectives. While on the surface their extensive comments may appear excessively laborious, on further examination, the informed discussions presented in Válvula de Escape  -- more than twenty five of them -- are sufficiently nuanced to generate critical thinking and extensive classroom discussions about the topics.
 
That is mainly because the interviewed experts represent such a wide range of detail and perspectives that the audience is informed about a topic from several levels of specificity. So it is, as a case in point, that just when you’ve learned enough about, let us say, American citizenship as bestowed on Puerto Ricans in 1917, the topic takes on additional meaning from an intense discussion of the Insular Cases. Every issue offers gray zones for consideration as opposed to the usual black and white often found in an hour long film or shorter series.
 
Moreover, Válvula de Escape does not limit itself to a Puerto Rico focus. It delves, substantively into the impact the selected topics cited above have had in motivating migration and hence, in building communities in diaspora. In this, the series strikes a good balance between Island and diaspora experience which most documentaries are unable to do given the limitations of production.
 
  As comprehensive and absorbing as the series is, there are some limitations. As of this writing, it is imperative, in the opinion of this reviewer, that both languages, English and Spanish be subtitled in the films because the series is as important for use in the U.S. as it is in Puerto Rico.*
 
Second, the series at seven hours seems rather long for commercial media distribution, yet, it would make a wonderful vehicle for a semester long college or high school course if a teacher manual on how to use the films could accompany the series. I would suggest that as much attention be given to educational marketability as has been given to producing the series. In sum, from my perspective as a historian of Puerto Rican Studies, the series will make a fine contribution to the field. The filmmakers are to be commended for their enthusiasm, extensive research and dedication to telling a comprehensive, absorbing historical saga that captures the Puerto Rican experience on both sides of the ocean.
 
*The filmmakers have recently announced their intention to rectify this situation.
 
Virginia Sánchez Korrol, Ph.D. Professor Emerita Brooklyn College of the City University of New York
 
August 20, 2012


 

 

 

 

 

According to the researchers and anthropologists of the Center for Puerto Rican Studies at Hunter College, CUNY, * in 2011 the Puerto Rican population constituted 9.2 percent of all Hispanics in the United States, and 1.5 percent of the total population. The documentary series, the study guides and transcription are a useful starting point for further reflection on the topics or events. Using the exercises suggested in the study guides, each segment can be used to provoke a discussion or start a writing activity on the topics discussed or other topics related.

 

-*Silver. Patricia y Carlos Vega-Ramos. 2012. Demographic Transitions: Research Brief.